7/21/2012

Intimidad

Aquí os dejo una recomendación de lectura para  estos días de intenso calor. No admito escusa alguna: buen libro, buen precio -7.00 Euros- ¿hay mejor forma de invertir el dinero? 







¿Cuándo se da cuenta una pareja de que ha finalizado el amor? ¿Qué sucede cuando se acaba el amor? Nos postramos ante esa cómoda incomodidad o luchamos para cambiar el estado en el que nos encontramos. Esta es la idea básicamente que recoge esta tremenda y desgarradora novela del escritor Hanif Kureishi, de origen paquistaní, pero nacido y crecido en Londres.

La primera palabra que me viene a la cabeza para clasificar el libro es INTENSIDAD, con mayúsculas. Intensidad en los pensamientos del personaje, intensidad en los hechos, intensidad en la dureza de los escuetos y justos diálogos. Intensidad que no termina hasta llegar a la palabra fin. Estoy hablando de una novela con un carácter totalmente provocador y reflexivo.

El argumento es muy simple: un autor de guiones de cine, en plena crisis de los cuarenta, decide separarse de su mujer. Cuenta lo que será su última noche con ella y sus hijos, lo que le ha llevado a ello y lo que le espera en el futuro.

Partiendo de un esquema tradicional de personajes –Jay, el autor; Susan, su mujer; Nina, la amante, y Victor, amigo de Jay-, nos cuenta qué le ha llevado a tomar esta decisión en una reflexión que comienza en la noche y termina por la mañana. Nos hace preguntas como: ¿qué se lleva uno cuando no piensa volver? ¿Quién podía culparme por tener miedo de los latidos del sentimiento?...

En esta reflexión, Jay hace un repaso por su historia sentimental, reconoce que ha sido infiel a su mujer, considera la infidelidad como un signo evolutivo del hombre y sabe en quién apoyarse para constatar sus opiniones y en quién buscar el equilibrio cuando quiere escuchar la voz que le dice: “lo que estás haciendo no está bien”.

Su carácter inquieto le lleva a esa búsqueda permanente de cambios, de nuevas situaciones, nuevas personas... Cambios ante la estaticidad. Pero ¿qué ocurre cuando hay dos hijos por medio? La cosa ya tiene un diferente matiz. No le importa irse y que la mujer sufra, porque es consciente de que ella sufrirá; pero ¿y los hijos? ¿Qué ocurre cuando un hombre está en la crisis de los cuarenta? ¿Por qué se plantea cosas diferentes que a los veinte? …

Narrado en primera persona, vemos cómo va cuestionando sus pensamientos, sus hechos, sus actos... y a la vez nos muestra a una mujer que le conoce, que sabe cómo es e incluso le pregunta si la va a abandonar. ¿Qué mujer se pregunta esto? ¿Cuándo tiene claro que el marido ya no la quiere? ¿Qué indicios ve para plantearse tal cuestión?

He disfrutado mucho con esta novela. Me he emocionado, me he cabreado, me he sentido identificado, ha suscitado polémica en mí y en mi circulo más cercano...

La recomiendo definitivamente. Una buena novela que no dejará indiferente.



© Miguel Urda

7/02/2012

Sugerencias



Estimado Señor Presidente del Gobierno:


Visto el amor oportunista y desmesurado que algunos ciudadanos han mostrado sobre nuestra bandera en estos últimos días, le escribo la siguiente carta para sugerirle aplicar algunas medidas que contribuirán a paliar la intensa crisis económica a la que estamos sometidos.

Deberá implantarse un chip a todos aquellos aficionados al deporte rey, el cual se activará en el momento de dar comienzo el partido de futbol e inmediatamente detectará al aficionado de toda la vida que pase lo que pase con su equipo será fiel a él y al aficionado oportunista.

A este segundo grupo el chip (aunque no lo crean hay intensos y exhaustivos estudios de prestigiosas universidades sobre el grado de iniciación a la pasión futbolística) le aplicará una serie de medidas económicas especiales entre las que destacarían las siguientes:

-A todos aquellos ciudadanos que dejan las calles vacías para postrarse delante de la televisión y vociferar, sufrir, llorar, etc. con la roja, se les obsequiaría con un recorte especial de las vacaciones anuales. Sí, sí, tendrían los treinta días de vacaciones recogidos por ley, pero de forma desinteresada cederían veinticinco días al Estado Español a través de colaboraciones con Hospitales, ONG, etc., y ¿sabe lo que es mejor Señor Presidente? no se quejarán porque…SON PATRIOTAS.

-A los ciudadanos que momentos después de haber finalizado el partido inundan las calles -que instantes antes lloraban la perdida de público- con silbidos, gritos, tocando el claxon de los coches, y que han olvidado la inmensa crisis económica que esta sufriendo el país ignorando por completo que el litro de gasolina esta a casi doscientas cincuenta pesetas (1,40 Euros) agitando la bandera de España y gritando OE, OE, OE, OE, OE…, a aquellos españoles que funden las bombillas apagando y enciendo la luz para mostrar la exacerbada alegría que les ha provocado nuestra selección de fútbol ( y que han olvidado la enérgica y reciente protesta que hicieron por el exorbitado incremento en el recibo de la luz) se les recompensará su labor nacional haciéndoles participes de una atribución especial a las arcas del Estado, por ejemplo, si su Declaración de Hacienda sale a devolver, pues ellos gustosamente ceden su parte al Estado y en caso que no tengan que hacer declaración pues se le incrementará el IVA en unos cuatro o cinco puntos más , y ellos estarán tan conforme que no reclamarán nada porque, Señor Presidente, ELLOS SON ESPAÑOLES.

- Aquellos ciudadanos que engalan sus terrazas, coches, bicicletas… con la bandera de España (comprada en los chinos e incrementando la balanza económica de dicho país) como agradecimiento especial a este patriotismo se les puede colocar en la primeras posiciones de las listas, claro de las listas del Ministerio de Defensa, lo que significa que en caso de que haya algún día guerra o litigio con algún país, ellos estarán los primeros para defender los colores de su bandera, no obstante, Señor Presidente, no olvidemos que ellos SON FIELES DEFENSORES DE LA BANDERA Y DEPORTE NACIONAL.

Por supuesto, Señor Presidente, que me queda una duda al ver tanta euforia desatada en la calle. ¿Qué habría pasado si nuestra selección española no hubiese llegado a donde está? ¿O si es derrotada en el último partido? Seguro que podrán escucharse conversaciones como: Estoy convencido que el arbitro jugaba a favor del equipo contrario y no pito la falta o fuera de juego; el terreno y las condiciones climáticas no eran las adecuadas para nuestro equipo lo cual nos hacía rebajar la concentración… y miles de excusas más para no aceptar que nuestro equipo perdió. Y por lo tanto, a todo aquel oportunista que exprese un sentimiento negativo por la pérdida de nuestro equipo –no hay que olvidar que en los momentos de euforia exclaman: ¡cómo hemos jugado! ¡Qué goleada le hemos metido!... – se le castigará con la obligación de asistir durante un lustro cada domingo a disfrutar de la visión de un partido de futbol de la segunda división china y no rechistarán porque ellos son APASIONADOS DEL DEPORTE REY.
Estas son algunas de las sugerencias que se me ocurren, Señor Presidente. Estoy convencido de que su gabinete de Inteligencia sabrá como ponerlo en práctica e incluso añadirle nuevas funciones.

Pensando en el buen funcionamiento de España, un afectuosísimo saludo.



R.  Zapatero


© Miguel Urda