8/27/2012

Dudas. Crisis. Evolución.





Hablo con mi amiga V. y está en crisis; hablo con mi amigo R. y está en crisis; hablo con mi amigo K. y está en crisis. Todo lo que me rodea está en crisis. Me queda por preguntarme: ¿Yo estoy en crisis? La primera cuestión me viene asociada con este tema y la situación actual que estamos viviendo: ¿Estamos en crisis por la crisis actual o esta crisis es inherente a la situación económica que vive el país?

He hablado con ellos el mismo día de forma separada y casi todos coincidimos en un mismo punto: le tenemos miedo al futuro, aunque creo que la palabra miedo soporta mucho lastre tomando como mejor definición la de respeto a lo que nos conlleva el futuro. La duda de lo que nos espera nos provoca incertidumbre, miedos, respeto..., y muchas veces paraliza cualquier tipo de acción, pero ¿no es necesario sentir alguno de esos síntomas para poder evolucionar? Aunque no siempre la palabra futuro va asociada con evolucionar. Se evoluciona cuando se quiere, se tiene intención, cuando se desea.

Las conversaciones con mis amigos me obligan a plantearme y reflexionar si yo también estoy en crisis y a su vez sobre las cuatro juntas, es decir las de mis amigos y la mía. ¿Qué nos lleva a entrar en crisis? Cada uno tiene un situación personal diferente y podemos decir que estaríamos acomodados si no hubiese algo en nuestro interior que nos llevase a preguntarnos algo más.

No quiero entrar a cuestionar o hablar sobre las crisis de mis colegas en este caso y, como esto es primera persona, prefiero hablar de la mía.

A estas alturas de la reflexión, doy por hecho que estoy en crisis. ¿Cómo defino que es mi crisis? ¿Existe alguna tipología para definir las crisis, los tipos de crisis personales? Es en estos momentos cuando echo de menos no tener esa cantidad de amigos ingentes para acudir a uno que sea psicólogo o definidor de cosas y preguntarle esto, así que me quedo con la duda sobre el tipo de crisis que tengo y opto por decir que mi crisis no es definitoria, que no estoy en la crisis de los cuarenta, ni en la crisis de que tengo más barriga o en la crisis de que quiero un todoterreno para demostrar mi valentía ante el vecino de enfrente o conductor dominguero, sino que estoy en crisis porque quiero evolucionar, porque soy culo inquieto, porque no estoy cómodo en la comodidad del día a día que tengo desde hace un lustro.

En un mes y medio más o menos mi vida cambiará (aún es pronto para decir algo sobre los cambios que se aproximán, pero en su momento se dirán). Yo soy quien ha buscado el cambio y no le tengo miedo a ese cambio, sino todo lo contrario: voy con ilusión. Durante mucho tiempo había pensado que los giros de 360º otorgaban un giro por completo a tu vida, pero la experiencia me demostró que no es así, que te hace llegar al mismo punto de partida. Los cambios mejores son los de 180º, los que te dejan en la mitad, o incluso los de 350º me atrevería a decir, pero nunca volver al mismo punto de inicio.

Releo los párrafos escritos y veo que en casi todos hay interrogantes. ¿Son los interrogantes sinónimos o producto de las crisis? ¿Nos ayudan a salir de la crisis personal? ¿Conseguimos encontrar respuesta para todos? ¿Qué pasa cuando una persona no se cuestiona nada? ¿Está muerta? Hay muertos en vida. He visto personas que no tenían ganas de vivir por y para nada y a otros, sin embargo, que la vida se le hacía corta. La vida es dura, incluso me atrevería a decir que jodida -perdón por la palabra- y cada vez parece que vamos subiendo escalones de complejidad y dificultad para nuestros futuros. ¿Cómo será la vida de nuestros futuros?

Hay un estudio de la Universidad de Chicago que dice que todo ser humano pasa por un promedio de cinco depresiones a lo largo de su vida. ¿Por qué un ser humano entra en depresión? ¿Depresión es igual a crisis? Son conceptos que parecen ir cogidos de la mano, pero que a mí me provocan un gran desazón y a la vez nuevos interrogantes. ¿Es la depresión una enfermedad que representa el avance de la sociedad? ¿Tendrán nuestros futuros descendientes crisis? ¿Sufrirán depresión? ¿Estaré realmente en crisis?...

© Miguel Urda

Imagen de Google

8/06/2012

La biblioteca


Quien me lee sabe que los microrelatos no es lo mio. No obstante no me quedo en el intento.



Hasta hace casi un mes, las discusiones con su hija adolescente eran constantes, motivadas por su desinterés hacia los estudios. De nada había servido los gritos, los castigos… La niña se había ido dando cuenta por sí misma y ahora sólo vivía para los estudios. Prefería hacerlo en la biblioteca. Allí, alegaba, había más tranquilidad, conseguía la concentración necesaria e incluso, dado la cercanía de los exámenes de selectividad, habían ampliado el horario y abría incluso los fines de semana.

Don Alfonso, el padre de la criatura, comentó con su compañero de trabajo el cambio de actitud de su hija respecto a los estudios, a lo cual esté le respondió que a su hijo le había pasado lo mismo.

Los padres no cabían en sí de gozo. Más vale tarde que nunca, se decían cada vez que veían partir a su hija hacia la biblioteca con los libros en la mano. Sólo les cambió el gesto cuando los informativos de las tres de la tarde dieron como noticia la clausura del bar “La Biblioteca” en su ciudad, por venta de estupefacientes y bebidas alcohólicas a menores.

Miguel Urda