9/13/2015

SIN DUDA ALGUNA: REBECA


Apuesto que son pocas las personas que no han escuchado o leído alguna vez "anoche soñé que había vuelto a Manderley". Un comienzo magnífico de una gran novela, Rebeca, publicada en 1938 y obra cumbre de una de las grandes damas de la literatura británica del siglo pasado: Daphne Du Maurier.
Con una narrativa ágil, la autora (influenciada por las hermanas Brönte), nos sumerge en un mundo ajeno al nuestro: la alta burguesía inglesa y a todos nos hace soñar alguna vez con visitar, con vivir, con poseer Manderley, y porqué no decirlo, con un amor entregado a la obsesión. Es una novela que atrapa desde su primera línea y que nos hace levantarnos del sillón con un sentimiento contradictorio: por un lado, queremos ayudar a la nueva señora de Winter con la sombra permanente de Rebeca y que la señora Danver aviva constantemente; pero, por otro lado, nos preguntamos si es tonta y por qué no se rebela contra Manderley y contra el ama de llaves.
Es una novela encuadrada entre dos géneros: el romántico y el de misterio, y que para el día de hoy, nos presenta una historia algo ñoña, dado que estamos ya muy espabilados y avanzados en cuestiones sentimentales. En el argumento encontramos los elementos imprescindibles para una narración de estos estilos: intriga, romanticismo y misterio, cuya autora resuelve de forma magistral. Pero me pregunto en caso de que Rebeca hubiera sido escrito en la actualidad ¿cómo sería la mujer que ama al señor de Winter? ¿Sería muy diferente de la obra que estoy hablando aquí? La mujer desde mediados del siglo pasado ha conquistado mucho terreno y ha ido despojándose del papel de ama de casa tonta, dócil, sumisa, que cuida al marido, para ser un miembro más de la familia a tener en cuenta y que por lo tanto opina.
Es una obra -–literaria y cinematográfica– que todos tenemos en mente y con los personajes claramente definidos gracias al cine en blanco y negro de Alfred Hitchok, que la catapultó a la fama. Sin embargo, este también ha provocado que la novela sea más accesible al público pero se decanten por la película obviando la obra literaria. No obstante, a pesar del tiempo transcurrido consigue hacernos partícipes de la historia y disfrutar tanto de su lectura como de su visión, y de ver ciertas ridiculeces de las altas capas sociales y sobre todo de ver cómo ha evolucionado la mujer en terrenos vedados desde mucho, mucho tiempo atrás.
Tanto la novela como la película se acogen la atributo de calidad. No hay duda alguna de ello.
© Miguel Urda Ruiz
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